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Voto de GabrielleECohl:
8
Bélico. Drama Tras ser derrotados por los rusos, Kaji y los pocos hombres de su unidad que han sobrevivido emprenden una larga marcha en un intento desesperado de llegar a territorio amigo. Tras sortear no pocas dificultades, Kaji se ve obligado a rendirse y es enviado a un campo de prisioneros en Siberia. (FILMAFFINITY)
10 de agosto de 2012
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kaji solo quería estar con Michiko.

Aborrecía las armas y huyó de ellas mientras tuvo la oportunidad. Por ella (y sus ideas, porque él era fiel a sus ideas) se metió en una mina de carbón lleno de chinos que simplemente querían ser libres, que veían a los japoneses como unos "perros asesinos". Y aún por encima, sus compatriotas, los propios japoneses, lo veían como un traidor, un "idealista", o peor aún, comunista, que simplemente entorpecía la "divina misión" de Japón de ganar la guerra, y con sus ideas extrañas como el de "mejorar las condiciones de los trabajadores (y peor aún, la de los prisioneros chinos)" evitaba mejorar una producción que "nunca era suficiente".

Con eso Kaji lo pasaba mal: A veces traicionaba sus ideas, los chinos lo veían como un "perro japonés" más. Michiko estaba triste y no lo comprendía... Pero Kaji era fuerte y lo superó, superó a aquellos que dudaban de su palabra, de sus ideas, superó las adversidades, los problemas que iban surgiendo, nunca se doblegó ante nada, ante ninguna persona. Incluso a punto de renegar para siempre de sus ideas, supo mantenerse recto, supo ser fiel a lo que creía.

Pobre Kaji,... Aquello fue el principio del fin.

Lo tacharon de comunista, lo calumniaron, lo torturaron, lo humillaron, lo obligaban a confesar por crímenes que él no había cometido. Querían a un culpable, algo que les permitiese seguir con sus mentiras. Pero Kaji era más fuerte que eso, mucho más, y no cedió.

Lo dejaron "libre", con sus heridas tanto externas como internas, pero libre... Lo que no sabía es que aquello lo marcó, lo dejó como "Persona non grata" en su trabajo, en su entorno... Se desquitaron con él, lo mandaron a aquello que más odiaba: El ejército.

Adiós Michiko, adiós, prometo que regresaré vivo.

Luego vino el entrenamiento militar. Y aquello no era rosas, no. No era que Kaji creyese que se iba a encontrar con algo "sencillo, simple", no. Solo que no esperaba aquella degradación del Ser Humano, aquella humillación. Y más aún, ahí no había chinos que lo justificase,... ¡era entre japoneses! Y todos miraban hacia otro lado. Los "novatos" lo aceptaban con resignación (ya les tocaría a ellos poder devolverlo a otros novatos en su momento) y los veteranos se ponían las botas. Total, era una forma de "endurecer a los nuevos", porque en la guerra nadie va a ser compasivo, todos van a salvar su propio trasero. Ahí crean soldados, no niños de mamá.

Kaji no lo entendía. Él simplemente hacía lo que le mandaban. Era buen tirador, aunque sus superiores lo vigilasen estrechamente como comunista. A él y a otro amigo, Shinjo, que simpatizaba con ideas comunistas. Pero Kaji no comprendía las injusticias. Chupaba ostias porque para él la jerarquía no era sinónimo de "poder", sino de "sabiduría" Él no se callaba ante las injusticias, él siempre ponía la cara, aunque estuviese solo. Eso le valió más de una paliza, pero Kaji lo soportaba.

Michiko mientras, estaba sola, sin su presencia. Y no podía tolerarlo, necesitaba verlo, sentirlo, saber que estaba bien. Y lo fue a visitar...

¡Qué bonito fue aquello! Kaji se quedó con el mejor recuerdo que pudo atesorar antes de ir a la guerra, solo durante un día, antes de volver a sentir las nuevas injusticias que lo iban a rodear con renovada crudeza, que poco a poco lo iban desgastando. Y aunque Kaji seguía recto a sus ideas, ahora el enemigo era el propio ejército...

Un ejército que incluso lo sentía como un "estorbo demasiado revolucionario." (Aunque su amigo lo dijo con palabras más suaves)

Kaji no lo entendía. Simplemente quería dar a sus hombres (porque en ese momento era un veterano, SU superior) un mejor trato. ¿Tan difícil era de entender?

Pero poco duró aquello. Al poco tiempo se vio inmerso en una guerra que no entendía y nunca había entendido, una guerra donde en cinco minutos vio su batallón masacrado por unos tanques y unos soldados que no tuvieron piedad con ellos. (Tampoco hubiese sido al revés). Solo había muerte y dos o tres supervivientes igual de aterrados que él. Solo eso. Y fue en ese momento en el que en la mente de Kaji se encendió una luz, una idea, una obsesión que mantendría a lo largo de esta historia: Sobrevivir, regresar con Michiko.

Y así lo hizo. Con pocos hombres y con sus rifles como medio de supervivencia, Kaji mandó la guerra a pasear y se puso en camino con una idea en mente. Le daba igual los superiores, inferiores o lo que se le cruzase por el camino, y los demás soldados si querían seguirlo bien, y sino que hiciesen lo que les viniese en gana, que él mucho tenía que hacer.

A penas sin comida, y con mucho que perder y poco que ganar, Kaji se fue, y sacrificó todo: Comida, salud... incluso seres humanos, todo. Aquel idealista llamado Kaji se había desvanecido, y había nacido un nuevo Kaji que endurecido, exigía la misma dureza para todos, incluso aún sabiendo que no podrían seguirlo. No es que se hubiese vuelto frío o cruel, simplemente avanzaba. Intentaba conservar a la gente con vida, racionaba toda comida que quedaba para que todos, aunque fuese un grano de arroz, pudiesen comer, intentaba evitar que otros comiesen muchos y los demás pocos, pero no tenía piedad. Si morían, morían.

*Sigue en el Spoiler*
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
GabrielleECohl
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