Ese es el título más representativo de esta película de Iñárritu que busca la perfección en el ámbito más técnico de la creación de una película, haciéndonos creer con una gran maestría (no solo por su parte, si no también de cámaras, actores, etc.) que la película es un continuo plano secuencia solo separado del resto de la película por una escena final.
Birdman explora la "lacra" que sufre nuestro protagonista (Rigan) por haber interpretado a un superhéroe y querer resurgir de sus cenizas para desanclarse del papel del hombre pájaro. Toda esta trama llevada a cabo con un paralelismo muy bien traído en la obra representada dentro de la propia película. Todo esto unido a las "alucinaciones" que tiene el protagonista que nos hacen ver cómo poco a poco va viendo más claro el camino hacia el éxito como artista y no como superhéroe de los 90.
El elenco protagonista es magistral, magnífico, hace un trabajo excelente que simplemente hace que disfrutes la película como si estuvieras dentro de ella misma, sintiendo la angustia de los personajes y todos los demás sentimientos.
Birdman se ha ganado a pulso un hueco entre la lista de mis películas favoritas y mucha culpa de esto la tiene la honda exploración en ese tema poco tratado que es la asociación de un actor a un personaje.