Ahora que están tan de moda las películas de superhéroes, podemos decir que esta cuarta película es la que transforma al púgil de Filadelfia en un Superhombre.

Si nos olvidamos de todo el tema político y de lo ridículo que resulta el discurso pro americano de toda la película, es una película muy entretenida para pasar el rato.

Sus grandes virtudes son su banda sonora y que los diálogos se reducen al máximo. Se ve que la película está diseñada para ser un puro espectáculo y que no quiere ser una película profunda en ningún momento.

Su muy corta duración hace que se pase volando y el combate final con Iván Drago y su entrenamiento previo son lo más destacable de la película.

Siendo Dolph Lundgren un actor muy limitado es a mi entender el mejor de toda la película ya que consigue que su personaje de miedo. Hace pensar que hay que estar muy loco para meterse con el en un ring.