Desolado por la separación de su esposa Frances, Felix Hungar, escritor de la televisión, alquila una habitación alta en un cochambroso hotel de Nueva York para quitarse la vida, pero se siente incapaz de levantar la ventana que ha quedado atrancada e incluso ese postrero intento final se convierte en su enésimo fracaso.
Mientras unos colegas suyos están jugando una partida de póker sin reparar que falta el amigo Félix, uno de los habituales a estas encarnizadas partidas.
Esta podría ser el preámbulo del argumento en el que gira una de las mas alocadas comedias que hicieron la pareja Lemmon-Matthau allá por los años sesenta.
Constituye una estupenda adaptación cinematográfica de una comedia teatral de Neil Simon que venia de cosechar grandes aplausos en Broadway. En principio el encargado de dirigirla iba a ser Billy Wilder, pero sus elevadas pretensiones económicas hicieron que la productora se decantase por Gene Saks que provenía del teatro y que había cosechado un sonado éxito en la gran pantalla con "Descalzos en el parque".
Una comedia redonda sostenida por un buen guión, una correcta dirección y sobre todo en la gran pareja que formaban esos dos monstruos de la escena Lemmon-Matthau, capaces de hacerte pasar en unos segundos de las risas desenfrenadas a la angustia de las lágrimas.
Desde luego que esta comedia es la película ideal para recuperar el buen humor y las ganas de vivir . Una lastima que aquella pareja de cómicos se nos fuese. Ya no quedan actores del calibre de esos dos. Los genios no deberían de morir nunca...bueno bien pensado nunca mueren porque siempre nos quedan sus películas.
Por cierto antes de cerrar esta critica estoy pensando como hubiese sido el resultado final, si la hubiese dirigido Billy Wilder ....estoy seguro que genial.