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España España · MADRID
Voto de ROMAN:
3
Terror. Ciencia ficción. Fantástico Cinco estudiantes universitarios se preparan para pasar el fin de semana en una cabaña situada en un remoto bosque y sin medios de comunicación con el exterior. En el sótano encuentran una extraña colección de recuerdos; entre ellos, un diario que habla de la antigua familia que ocupó la casa. Mientras tanto, un par de técnicos en una planta industrial se están preparando para una operación desconocida. Están filmando a los jóvenes con ... [+]
17 de noviembre de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno se acerca a una película como La cabaña en el bosque desde un punto de vista donde lo que intenta es buscar una nueva muestra de cine de terror adolescente o, por el contrario, encontrar una rendija por donde se cuele una fina ironía o un intento de mostrarnos las costuras de este tipo de cine.
Hay que tener en cuenta que el productor y el director de este film, Whedon y Goddard, son hombres muy apegados al mundo y lenguaje televisivo y a un cierto contacto con el espectador a través de sus historias que les hace casi partícipes de sus productos y que beben de múltiples fuentes cinematográficas. El puzle creado es fruto de esa forma de trabajar con las imágenes y de esa relación con el espectador que es capaz de creerse cualquier filigrana narrativa por muy inverosímil que sea. A pesar de esta relación “televisiva”, acercarse a esta película es pensar, también, en otras que recuerdan algunos de los planteamientos que vemos aquí, como El show de Truman de Peter Weir o Abierto hasta la oscuridad de Tarantino.
La cabaña en el bosque es un manual de película de terror, desde la elección de los 5 jóvenes personajes (y, por ende, de los actores que encarnan a los mismos) hasta la composición de la historia (saliendo del barrio donde viven en su felicidad total hasta la llegada a la gasolinera y a la casa donde van a pasar el fin de semana ideal) pero algo se trastoca rápidamente, incluso antes de iniciar la propia historia (para regocijo del espectador que sabe mucho más que los propios protagonistas), porque todo está manipulado, todo está establecido para que los chicos caigan en la trampa que ellos mismos se van fabricando aunque realmente no lo sepan hasta muy avanzado el metraje.
Los primeros manipuladores de la vida de los jóvenes (encarnados por los veteranos Richard Jenkins y Bradley Whitford) crecen en la historia sabiendo que realmente no son los últimos que toman las decisiones y que son otros juguetes en manos de seres más poderosos.
Whedon y Goddard juegan con la historia, con los diálogos, con las consecuencias de los actos de los “científicos” que controlan la vida de los personajes pero uno tiene la sensación de que la historia se les va de las manos para terminar en una boutade incontrolada. El cameo final viene a corroborar el que cada vez que la historia avanza es para plantear algo más imposible, algo más fuera del tono de la película…hasta la explosión final donde todo se viene abajo literalmente.
Lo que parecía al principio una nueva y simple historia de terror tocando varios géneros (el slasher, el gore, los zombies…) se transforma en una gran orgía de terror y sangre que se les escapa a los creadores para terminar como algo casi cómico donde lo inverosímil vence a lo narrativamente coherente. Es en este punto donde uno se da cuenta que los propios creadores han jugado con el espectador y que han mezclado tantos estilos para que los espectadores no sepan a cual quedarse. Y es en ese juego entre creador y espectador donde uno se da cuenta del alcance de la propuesta: ¿es realmente una película de género o simplemente un juego de los creadores?
ROMAN
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