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España España · MADRID
Voto de ROMAN:
8
Drama Carlos es el sastre más prestigioso de Granada. Un hombre respetable. Sus pasiones son el trabajo y sobre todo la comida, pero no come cualquier cosa: se alimenta de mujeres desconocidas, con las que no tiene ningún vínculo emocional. Esa situación cambia el día en que conoce a Nina, una joven rumana que busca desesperadamente a su hermana gemela, que ha desaparecido hace unos días. (FILMAFFINITY)
17 de noviembre de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se habla en la actualidad de un nuevo cine español, amparado en nuevas visiones de los artistas tanto en sus formas narrativas como en la forma de llevar sus trabajos al público, ávido de encontrar nuevos referentes cinematográficos atractivos. Dentro de esos “nuevos” nombres encontramos a Manuel Martín Cuenca, un cineasta con muchos años de experiencia a sus espaldas y que con este Caníbal ha encontrado un hueco en esa nueva avanzadilla del cine español, tan apreciado fuera de nuestras fronteras como ninguneado dentro de ellas por el público.
Caníbal es la crónica de un hombre normal, un hombre incrustado en una sociedad de provincias donde la vida personal de cada uno importa poco al resto. Es la historia de un personaje solitario, introvertido, pero con una razón de ser y de vida que al no ser públicas, no afectan a su relación social con los clientes de su sastrería, por ejemplo. Su mundo es pulcro, impoluto, perfecto para el exterior pero esconde una profunda fractura cuyo origen desconocemos.
Manuel Martín Cuenca comienza con un ejercicio narrativo que avisa de lo que vamos a ver, de lo que vamos a sentir en la piel del asesino. Porque la historia nos desvela el nudo de la película desde los primeros cinco minutos, esos en los que la ventanilla del coche de Carlos sube para iniciar la persecución de la primera víctima que vamos a conocer. Y ese mundo personal que vamos desvelando poco a poco (como hacía en sus anteriores largos, Malas temporadas y La mitad de Óscar) solo lo irá conociendo el espectador. Éste va descubriendo cosas en la misma medida que el propio protagonista sin que los personajes que se van incorporando a la historia tengan tanta información.
Pero la historia no sería la misma sin 2 puntales como son la impactante fotografía de Pau Esteva y la soberbia interpretación de Antonio de la Torre, que con su aparente hieratismo y su definición gestual, hacen de Carlos uno de los personajes más atractivos del último cine español. La conjunción de los dos más un guión y unos diálogos intensos pero sencillos, secos, sin estridencias pero que van dando una definición precisa al “caníbal”, hacen de esta película una de las más sugerentes de la cartelera actual. A ello contribuyen escenas como la de la muerte de una de las mujeres nadando hacia la oscuridad donde nuestro sastre provoca el terror con una simple mirada y una iluminación asfixiante.
Todo el trabajo está definido para hacer de Carlos el omnipresente protagonista de esta historia. Su interacción con las 2 hermanas (con un cambio de registro en el trato con cada una de ellas) hace que se vaya definiendo poco a poco, que los actos le vayan moldeando pero que, en definitiva, no acabe de comprender su propio comportamiento y termine de sufrir la muerte de la hermana cuando es la única que no deseaba. ¿Habrá cambiado Carlos con la llegada de una mujer de la que aparentemente se ha enamorado? Eso lo sabrá él, exclusivamente, al paso de la procesión por delante del refugio que supone el local donde, ahí sí, desarrolla su vida normal de sastre.
ROMAN
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