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Voto de LordBabylon:
9
6,2
3.218
Drama
Leo, Alicia y su hija Dafne, de cuatro años, llevan una vida tranquila en Madrid. Alicia es la que se encarga del cuidado y la educación de la niña. Pero, durante las Navidades, Alicia muere, inesperadamente, tras un ataque de epilepsia. Leo, un hombre conservador, cuida de la pequeña lo mejor que puede, pero la niña reclama continuamente la presencia de su madre. El padre, que sólo desea el bienestar de la niña, llegará a renunciar a ... [+]
31 de octubre de 2011
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El señor Mañas nos da una lección de riesgo con un argumento en el que entreteje temas ya abordados desde una perspectiva inusual. Tanto Juan Diego Botto como José Luis Gomez están soberbios en sus respectivos papeles. El resto del elenco se acopla a la historia aportando lo que necesita sin desviarse en tramas secundarias. A destacar entre ellos Pedro Alonso y Najwa Nimri. Y, por supuesto, una de mis debilidades, Ana Risueño, que tiene el poder de alimentar cualquier papel y hacerlo suyo de la manera más natural. Para terminar con la niña, que es para coger al o la director/a de casting y preguntarle de dónde han sacado a ese ángel.
Si una tarde de otoño está lloviendo resguardese en su casa, échese una manta por encima y acomódese en su sillón para ver esta gran película. Ideal para ver con la pareja.
Si una tarde de otoño está lloviendo resguardese en su casa, échese una manta por encima y acomódese en su sillón para ver esta gran película. Ideal para ver con la pareja.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Quizás la historia sea tan potente que no me haga reparar en fallos o incoherencias. Quizás Ana Risueño es mi actriz favorita y me enamoro de ella aunque, como en esta ocasión, salga apenas unos minutos. Quizás hoy hace frío fuera, tengo la calefacción a tope y carezca de pareja ( y por ello me identifique más con el protagonista). Quizás sí o quizás no. Da igual. A partir de hoy vuelvo a creer en los cuentos.
Gracias, señor Mañas, por emocionarme como hacía tiempo nadie lo había hecho con tanta sencillez y tanta sobriedad. La espera ha merecido la pena.
Gracias, señor Mañas, por emocionarme como hacía tiempo nadie lo había hecho con tanta sencillez y tanta sobriedad. La espera ha merecido la pena.