Bueno bueno, Alfred Hitchcock decía que no se podía trabajar ni con niños ni con animales, sin embargo Fulci nos demuestra aquí que sí que se puede. En efecto, parece ser que lo más valorable de esta película es lo que han conseguido hacer con estos animales, los cuales según he podido leer, son reales en la mayoría de las escenas. Es decir la pregunta es cómo han conseguido hacer que los gatos hagan exactamente lo que el guionista y el director querían, como en la escena del incendio provocado.

El guión, sin ser excesivamente original (y que dista mucho de la historia de E.A.Poe) consigue entretener y los continuos primeros planos de los ojos (de los gatos y los actores) son alucinantes.

Nos encontramos con escenas bastante duras en cuanto a muertes violentas se refiere, sin embargo, no hay muestra de desnudos "injustificados" como en otras películas italianas de terror.

En definitiva, un film muy entretenido y respetable.