La terminal de Steven Spielberg, es una comedia romántica con toques dramáticos. Dirigida con un ritmo dinámico y apropiado para entretener y enganchar al espectador, cumple con su cometido de divertir al público con una comedia amena y agradable.
El guión, basado en una historia real aunque con tramas distintas, es entrañable, original e insólito, con un argumento que mantiene el tipo. Y unas actuaciones hilarantes y carismáticas como es el caso de Tom Hanks, insustancial y sosa en el caso de Catherine Zeta-Jones y con personalidad y carácter en el caso de Stanley Tucci, como "malo" de la película.
La música, una vez más de la mano de John Williams, es bella y agradable, con sonidos melódicos y encantadores que acompañan la acción de forma magistral. Y la narrativa, es simpática y alusiva, recalcando con tono burlesco la dificultad de comprensión del idioma y sacando de ello, unos diálogos ingeniosos y divertidos, que serán del agrado de toda la familia y se convertirá en el primer reclamo de distracción de una cinta que poco más contiene.
Por lo que, en líneas generales la considero una cinta entretenida y amena, para pasar el rato de sobremesa con la familia, sin exigir más que unas risas y algún que otro momento sentimental que calará en el espectador por la siempre cumplidora actuación de Hanks.