Rocky de John G. Avildsen, es un drama basado en un boxeador desconocido, al que le ofrecen la oportunidad de luchar por el título contra el campeón del mundo de los pesos pesados. Dirigida con un ritmo dinámico y resolutivo, y con un estilo propio y particular, es un drama inolvidable que lanzó la carrera de Stallone como guionista y sobre todo como actor, para posteriormente también dirigir las secuelas de esta cinta. Realizada de manera arrolladora e impetuosa, tiene un resultado inteligente y excepcional que la marcan como una de las películas más vistas del séptimo arte.
La fotografía, es evocadora y oscura al mostrar los bajos fondos donde vive el protagonista, y tiene también imágenes impactantes e idóneas del combate que son eficientes y estéticamente apropiadas. La música, es grandiosa e inolvidable, gracias a las canciones que tan conocidas hicieron la saga y que son alentadoras y espectaculares, en un sugerente e inmejorable acompañamiento musical que cautiva a todos los públicos. Y los planos y movimientos de cámara, usa el travellings, seguimiento, generales y reconocimiento para los entrenamientos, y primeros planos, detalle y cámara en mano para la lucha final del film, en una notable labor técnica que saca lo mejor de la trama.
Las actuaciones, son competentes y aceptables. Con Sylvester Stallone carismático en un buen papel, Talia Shire sensible y emotiva, Burt Young convincente en un personaje detestable, Carl Weathers auténtico y genuino y Burgess Meredith con carácter irascible. Siendo también estupendos los acompañamientos de Thayer David y Joe Spinell. Y emplea para estos, unos vestuarios que son humildes y alusivos por un lado, y elegantes y estilosos por otro, marcando claramente la diferencia de clases.
El guion, escrito por Sylvester Stallone, es conmovedor y emotivo, al tener un argumento emocionante y apasionante que es irresistible de ver como mínimo una vez, siendo en definitiva admirable y sorprendente en una atractiva y sustanciosa historia que marca al público en general. Y que tiene unos diálogos graciosos y ocurrentes por parte de un inocente protagonista, que da toques cómicos y diligentes al film, gracias a la torpeza lingüística del personaje que logra empatizar con el espectador, al mostrar el buen corazón de este.
Concluyendo, la considero una obra imperecedera e indispensable en el drama basado en el deporte y más especialmente en el boxeo, el cual va ligado íntimamente en el séptimo arte a esta película inolvidable, que tiene la curiosidad de haber sido escrita por el mismo Stallone. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, música y diálogos que hacen de Rocky, un film esencial para los buscadores de películas oscarizadas y dramas necesarios, aunque tristemente explotados posteriormente hasta la saciedad, con el objetivo de hacer caja fácil.