Más de una docena de veces ví con mis hijos la película de animación de la Disney sobre la inmortal obra de Rudyard Kipling, como tantas otras producciones de la Disney con las que les hice una pequeña videoteca. Ellos disfrutaban, y yo y su madre con ellos, aunque como todos los niños, cuando les daba por una de las películas la veían repetitivamente una y otra vez, sin cansarse.

Sin embargo, y sin que sirva de precedente, esta producción donde las caracterizaciones de los animales ralla en la obra de arte, donde esos ojos parecen verdaderamente humanos y reflejan perfectamente los sentimientos que se vienen sucediendo a lo largo de la película, lo que hay que agradecerle profusamente a Jon Favreau y su equipo por su dedicación y la cantidad de horas para lograr este resultado que roza la perfección.

La he visto en castellano, con lo que me he perdido los matices de las voces de las grandes actrices y actores que han prestado su voz a estos habitantes de la selva, aunque el doblaje en castellano también tiene, sin duda, su gran mérito.

La historia es de todos conocida, y no me voy a extender en los detalles del argumento que inmortalizó Rudyard Kipling, pero sí debo resaltar el gran trabajo y la enorme simpatía de la que desborda el joven Neel Sethi en el papel de Mowgli.

Película para todos los públicos, que derrocha el amor por los animales y el cuidado enfoque que del mismo dan los productores para salvaguardar a los mismos, muchos de ellos en peligro de extinción por la codicia y el egoísmo humano, que hemos calcinado esa misma naturaleza más allá de lo que la "flor roja" podría haber hecho en el siglo pasado y lo que va de éste, donde el respeto por la naturaleza y las criaturas que allí conviven ha brillado por su ausencia. Recomendadisima.

Notable, 8.