En pocas ocasiones se puede decir más allá de un puñado de títulos, pero la secuela sin duda supera con creces al original. Siendo esencialmente lo mismo, un señora película de acción pura y dura, tiene ciertos matices que mejoran sin duda la anterior entrega.

Empezando por la dirección, donde se nota la experiencia y la profesionalidad de Simon West que sustituye a Stallone en esos menesteres, dando mucho más ritmo a una trepidante secuencia de escenas trepidantes, y aunque parezca mentira, sorprendentes.

Además, el guión está muchos más elaborado que el de la primera entrega, mucho más consecuente y brillante, dando a todas nuestras viejas glorias sus minutos de gloria, su parte del pastel.

No es fácil ni lo habrá sido juntar en una misma película los egos de actores tan unipersonales como Stallone, Schwarzenegger, Statham, un revivido Chuck Norris, Van Damme, Bruce Willis,Scott Adkins, y los ya habituales y no por ello menos importantes Jet Li, Dolph Lundgren, Randy Couture, Terry Crews y una más que sorprendente Nan Yu, pero la maestría de West hace que fluyan dejando un producto de una magnífica factura para los amantes incondicionales del género.

Mi nota no puede estar por debajo de la primera, un sobresaliente 9 a punto de la matrícula de honor, que al anunciarse la tercera entrega puede obtener dicha nota.