Excelente thriller de acción protagonizado por dos de los dos más grandes actores de universo hollywoodiense, y que a pesar de las casi tres horas de metraje comparte escena tan sólo el tiempo necesario para tomar un café, aunque muchos señalan que ni siquiera estuvieron juntos en el rodaje de esa escena, y se les hizo por separado intercalándolas en el montaje.

Robert de Niro, un atracador profesional sin escrúpulos,solitario, tranquilo, sin futuro y sin más problemas que los que le acarrea su peligrosa profesión, tras dar un golpe importante en un furgón blindado, y tras la concurrencia de problemas para obtener el botín, opta por atracar un banco y jubilarse, momento en el que conoce a una chica de la que se enamora y con la que pretende convivir una vez logre sus objetivos.

Mientras, un inspector de policía varias veces divorciado y con problemas de convivencia con su actual pareja, se pone a investigar el robo del furgón y consigue una pista para intentar localizar y detener al atracador y su banda.

Excelente duelo interpretativo de ambos actores, que mantienen una conversación sobre lo divino y lo humano mientras comparten un café, magníficamente dirigidos por Michael Mann, y que tras una de las más espectaculares escenas de fugas que se han rodado, nos deja como moraleja que tanto el que está al lado de la ley, como el que está fuera, conviven con los mismos problemas trascendentales del resto de los seres humanos.

Una obra de arte que se merece un 10.