» Nota: Existe volumen cero, “Puddle Cruiser”, pero es inédita en tierras españolas.


Observo detenidamente mi lista con cuatro nombres tachados: Uwe Boll, Michael Bay, Tony Scott y Jamie Blanks; pero no puedo apartar mi mirada de las últimas letras que siguen intactas esperando un tachón: Jay Chandrasekhar, Jay Chandrasekhar, Jay Chandrasekhar, Jay…
Mi cerebro repite interminablemente “I'm gonna Kill Jay” hasta que mis palpitantes labios escupen esa oración que tortura mi interior. La venganza se sirve fría y tú vas a ser el último. ¿Pensabas que podías salir vivo y continuar con esa sonrisa de anuncio de dentífrico después de que un servidor como numerosos mortales se hayan muerto de aburrimiento con tu execrable filmografía?

Dejo la “coñoneta” en punto muerto y apago el motor. Observo a través de la ventanilla del copiloto su lujosa y suntuosa mansión que ha conseguido a costa de torturar a inocentes espectadores. El odio crece en lo más profundo de mi corazón cinéfilo.

Cojo mi katana y salgo del vehículo. Sé que está dentro. Sé que ha llamado a sus amigos y compañeros de Broken Lizard. Sé que ha contratado a numerosos matones de pacotilla. Sé que su ego creció desde que le incluyeron en la lista de las cien personas que necesitas conocer de Hollywood en el 2005.
Pero ahora estás en mi lista y sabes que voy a entrar, que voy a matarte…
Y repito en mi interior nuevamente mientras camino firme hacia la entrada y con mi katana esperando ser saciada de sangre: “I'm gonna Kill Jay”.



“Super maderos” no es para matar a Jay, pero sí para incluirle en una lista negra para la eternidad. Infamia desproporcionada que no debería ni haber tocado un videoclub y menos una sala de cine.
Si “Loca academia de policía” ha quedado desvalorizada y trillada por sus posteriores e inefables secuelas, “Super maderos” no llega ni a la suela de los zapatos a ninguna.

Antidiversión con risas congeladas por lo nefasto, con un par de gags medio decentes (el enculamiento al oso de pega, por ejemplo) y la sensación constante de quién cojones ha podido hacer esa bazofia insultante sin un mínimo de sentido común ni gracia.

Atención, hay segunda parte prevista para el 2008. Afilar vuestras katanas y comprar un cuaderno para incluir un nombre en vuestra lista negra: Jay Chandrasekhar.