“Manuale d'amore” no era nada del otro mundo, con un éxito arrollador en Italia, que demostraba nuevamente que la comedia romántica episódica y con dosis dramáticas en el conjunto sostenido por el humor funcionaba a la perfección en taquilla.

En su previsible continuación “corregida y aumentada”, según indica el añadido al título de la película, se produce el efecto habitual de segundas partes: más de lo mismo con diferentes puntos de vista donde ni se corrige ni se aumenta nada, tan sólo el presupuesto de la cinta para contar con nuevas caras y dotar al asunto de mayor empaque.

En el primer capítulo, “Eros”, el sexo llega a las sillas de ruedas en un hospital. El erotismo lo pone la irrefrenable y provocadora de erecciones múltiples Monica Belucci. La silla de ruedas un convaleciente de un accidente de coche cuyo nombre no merece ni la pena acordarse: aquí sólo interesa el sex-appeal arrollador de la Belucci y que en todos los hospitales se debería contar con una fisioterapeuta así para levantar “los ánimos” de los casos perdidos. Ni que decir tiene que el único fundamento es mostrar las virtudes de la Belucci en una efectista y vendible escena de cama (o silla de ruedas). Para aquellos que han visto el documental “Murderball” ni se acerquen.

En “Maternidad” se nos muestra los problemas de una pareja italiana, que se está sometiendo a un tratamiento de fertilidad en una clínica barcelonesa, por problemas legales en su país con la fecundación in vitro. No sé si quiere ser una crítica o aprovechar los desvaríos hormonales de la mujer (Barbora Bobulova) para la comedia. En todo caso no cumple ni lo uno ni lo otro por mucha “eyaculación Da Vinci”.

“Matrimonio” aprovecha la pluma y el cliché de una pareja de homosexuales de mediana edad que quieren casarse en España sin el consentimiento del padre de uno de ellos. Ni aporta nada nuevo aunque tiene algunos elementos tan divertidos como vistos y manidos.

Y “Amor extremo”, pensada para lucimiento de Carlo Verdone y Elsa Pataky pese a no aparecer esta última ni el cartel, muestra la relación sexual entre un hombre maduro y una ninfómana desinhibida sin ánimo de lucro. Nada nuevo.

Demasiado metraje. Demasiada poca novedad. Demasiadas dosis de sentimentalismo respaldado por la banda sonora. En fin, demasiada segunda parte para tan poco cine. Aunque la presentación de España como país liberal y a tomar como ejemplo sube la autoestima a cualquiera. A cualquiera que no se fíe de la Cope claro.
Ideal para recomendar y regalar a todos tus amigos y familiares del PP en un pack junto “Brokeback Mountain” y unas entradas para “La revelación” de Leo Bassi.