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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de gerardops:
5
Drama Steve Butler (Matt Damon), un ejecutivo de una gran empresa, llega a un pueblo con una compañera de trabajo (Frances McDormand) para comprar los derechos de perforación a los propietarios de las tierras, casi todos ganaderos. En esa población, asolada por la crisis económica de los últimos años, Steve intentará convencer a la gente de los beneficios de perforar sus tierras, pero también tendrá ocasión de reconsiderar lo que ha sido su ... [+]
17 de abril de 2013
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace pocos días saltó la noticia de la prohibición en el Parlamento de Cantabria y por unanimidad (circunstancia rara donde las haya en el actual panorama político nacional) de una técnica de extracción de gases denominada fractura hidráulica (“fracking”). En otras Comunidades Autónomas como Castilla y León ya se están planteando medidas similares, mientras que algunas formaciones políticas han solicitado su prohibición a nivel nacional. Consiste en la inyección a presión en el terreno de algún material (normalmente agua, arena y productos químicos) con el fin de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas para, así, favorecer su salida al exterior. Sin embargo, este procedimiento suscita muchas controversias debido a sus efectos secundarios sobre el medio ambiente y es objeto de protestas por parte de plataformas y organizaciones que luchan por su erradicación.
Tal vez esta introducción sea impropia de una crítica de cine pero se trata de un asunto de plena actualidad que encaja perfectamente en el contenido de la película. Dos ejecutivos de una importante multinacional llegan a un pueblo de Norteamérica con el propósito de convencer a sus habitantes para que le permitan usas sus tierras y extraer los yacimientos de gas que se encuentran bajo sus pies. En un principio, las suculentas ofertas económicas apuntan a una serie de acuerdos rápidos y sencillos, teniendo en cuenta la pobreza del lugar. Pero los rumores sobre las devastadoras consecuencias que puede provocar el “fracking” comienzan a extenderse, dando lugar a una mezcla entre los remordimientos éticos de uno de los empleados de la empresa y el juego sucio de quienes son capaces de poner en riesgo a los ciudadanos con tal de lograr sus objetivos.
Los principales responsables de “Tierra prometida” son el director Gus Van Sant y el actor y guionista Matt Damon, que ya han colaborado en proyectos anteriores. El más célebre es “El indomable Will Hunting”, largometraje que obtuvo dos Oscar en 1998 (uno de ellos, al mejor guión para el propio Damon) de entre nueve nominaciones. Van Sant es un realizador interesante pero muy irregular. Cuenta en su filmografía con títulos muy recomendables además del ya mencionado, como “Drugstore Cowboy”, “Todo por un sueño” o el más reciente “Mi nombre es Harvey Milk”. Sin embargo, hay otros que, incomprensiblemente, también llevan su firma, como un remake de “Psicosis” imposible de entender. En cuanto a Damon, en mi opinión es el mejor intérprete de su generación. Ha destacado tanto en la acción (todas sus entregas de la saga “Bourne” son una joya que eleva la categoría de este habitualmente desprestigiado género) como en cualquier otro tipo de cine en el que ha intervenido. Cintas como “El talento de Mr. Ripley”, “El buen pastor” y “Syriana” u otras situadas en un escalón inferior, como “Rounders”, “Legítima defensa” o “La leyenda de Bagger Vance” son buena prueba de ello. Por lo tanto, nos hallamos ante dos buenos profesionales que conocer el triunfo profesional.
Sin embargo, su afán por insistir en la moraleja ha hecho que, en esta ocasión, su trabajo se resienta y la calidad cinematográfica quede relegada a un segundo plano. Ponen tanto empeño en resaltar su mensaje que han descuidado la profundidad de los personajes y el arte de la narración. Caen en demasiados tópicos y en algún giro de guión un tanto forzado con el ánimo de lograr su principal objetivo: transmitir un mensaje educativo. Pero si bien esta finalidad es muy loable y nada criticable desde un punto de vista personal, no debe ser la prioritaria desde un punto de vista estrictamente cinematográfico. Pese a todo, algunas de las secuencias son muy notables, lo que permite concluir que, sin conformar una gran película, tampoco puede ser calificada como mala.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
gerardops
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