Película que pillé de casualidad en la tele y que me enganchó desde el principio por el tema tan complicado que trata. El planteamiento básicamente es: una pareja tiene un hijo y una hija, con tres años la hija es diagnosticada de leucemia y el matrimonio decide tener otro hijo genéticamente amañado (una niña interpretada por Abigail Breslin) para que sirva de donante de médula, entre otras cosas, a la niña enferma, ya que el resto de miembros de la familia no son del todo compatibles. De este modo pueden intentar salvar la vida de la niña con leucemia, pero cuando la donante tiene 13 años (creo recordar), se replantea sus derechos sobre su cuerpo, contrata a un abogado y denuncia a sus padres para tratar de conseguir independencia médica sobre sí misma, mientras la hermana va empeorando y vemos algunos flashbacks de su vida, de cuando la diagnosticaron o de su primer amor.

Me pareció muy interesante desde el principio, me dio mucha curiosidad ver cómo iba a terminar esta historia y, aunque en cierto modo tiene cosas muy previsibles, no dejó de resultarme una trama muy atractiva hasta el final. Eso sí: es una película tristísima. Es difícil quedar indiferente ante esta película.