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Fidji Fidji · Atlántida
Voto de KesheR:
9
Documental "Nuestro pan de cada día" refleja el día a día de todo el proceso de industrialización y mecanización a la que ha sido sometida la ganadería y la agricultura en un país desarrollado. (FILMAFFINITY)
8 de mayo de 2008
61 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Piensa usted que el futuro aún no ha llegado?

¿Sigue mirando viejas películas de ciencia ficción, esperando un próspero porvenir?

Entonces usted no ha entendido bien.

¿Le gustaría echar una ojeada al perfecto futuro mecánico donde todas las máquinas trabajan en armonía para proporcionar el bienestar completo a la Humanidad?

Entonces usted realmente necesita que le examinen la cabeza.

El futuro ya está aquí, ingrato y estúpido mortal. Relájese y disfrute de las comodidades que la Era del Petróleo pone a su disposición. ¡Nunca más volverá a pasar hambre, pues nuestro es el poder y la gloria! Donde nuestra mano se posa, florece la vida y el alimento como si del célebre Cuerno de la Abundancia se tratase.

Haremos de todo por usted. Meteremos a diez mil pollos en una nave industrial y los cebaremos hasta que exploten. Arrancaremos a terneros de las entrañas de las vacas y los llevaremos en carretilla hasta su mesa, donde comerá sus vísceras con la elegancia propia de un Lord. Hacinaremos millones de pescados en una piscina y lo llamaremos "entorno"; no mucho más tarde, los recogeremos con una red (de una sola pasada) y nuestros cirujanos mecánicos se lo dejarán preparado para introducir en el horno. ¡Sabroso! Será el humanoide mejor alimentado del reino, sus poros rebosarán proteínas y grasas, ¡su corazón explotará de alegría!

Envasaremos la tortura y la muerte en bandejas de plástico y lo llamaremos "producto". Todo será tan aséptico... ¡Podrá partir los huesos de un cerdo con su boca, y nunca será consciente de que aquel animal pasó toda su vida en un metro cuadrado, sin ver la luz del Sol!

Nuestro es el poder y la gloria, pues nuestro es el Mundo Disociado. Disfrazaremos nuestras acciones en medio de una interminable cadena de pasos intermedios, de forma que nunca pueda ser consciente (¡ni culpable!) de nada. ¿No es maravilloso?

Exprimiremos la Madre Tierra hasta la última gota. Encerraremos el milagro de la fotosíntesis entre nuestro abrazo metálico, someteremos bajo nuestra bota a las especies. ¡Si un gen no nos gusta, acabaremos con él! Propagaremos nuestras nuevas especies vegetales como cánceres sobre la tierra... ¡un cáncer sabroso y de un color lustroso! Los pesticidas lloverán como maná sobre el trigo, será nuestra descarga de napalm particular. Los mayores y más bizarros engendros metálicos convertirán el petróleo de sus entrañas en trabajo productivo. ¡Y cuando el petróleo se acabe o sea demasiado caro, ya pensaremos en algo!

Es usted afortunado, mortal. Se alza en su trono, comiendo su banquete de vísceras y transgénicos, completamente ajeno a nuestros titánicos engranajes que le llenan el plato.

Tu conciencia, tranquila.

Tu alma en formol.

Por los siglos de los siglos.

Amén.




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Sin música, sin diálogos, sin piedad.

Este documental te dará de hostias en el estómago hasta que vomites.

Y si vuelves a probar un filete habrás demostrado ser un tipo realmente duro. Yo no lo soy.
KesheR
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