Esta es una de esas películas que son como un pico de alta tensión. Durante el tiempo que estamos dentro de ellas te mantiene en lo más alto, con mucha energía y fuerza, pero que después de terminar se relajan y olvidan bastante fácil. En este caso en concreto estamos ante una película que, por su corte, puede recordar a otras. La función básica que debe ofrecer el cine, el entretenimiento, no solo la consigue, sino que la supera con creces.
Antes de verla me imaginaba un producto del montón y poco más, y no deja de serlo, pero tiene más nivel del que cabría imaginar. Que nadie me malinterprete, la película es del montón, pero del montón bueno, por así decirlo. Hay muchas películas en el mundo y sobre gustos no hay nada escrito, pero esta me ha hecho disfrutarla muchísimo, la verdad.
La historia es simple y sencilla. Todo transcurre a bordo de un tren y son una serie de sucesos que ocurren a un ritmo tan frenético que acompañamos prácticamente al protagonista en su búsqueda. Bajo mi punto de vista consigue que viajemos en ese mismo tren, que nos fundamos con la trama, y creo que eso implica que se ha hecho bien el trabajo. Funciona bien desde el principio, sin demasiados minutos muertos (algo que lastra muchas cintas) y entra rápido en materia. A partir de cierto punto coge carrerilla y se lanza a la aventura, logrando incluso que empaticemos en cierta medida con el personaje de Neeson, lo que hace que sume más puntos.
El apartado interpretativo es algo bastante curioso, ya que cuenta entre sus filas con varias caras conocidas y de gran talento. Liam Neeson es el protagonista, un actor que considero de los mejores del mundo y de mis preferidos. Todo lo que toca este hombre lo transforma en una interpretación sublime. Aquí se come la pantalla, directamente. Patrick Wilson, Vera Farmiga, Sam Neill o Jonathan Banks (me encanta como trabaja este hombre) completan el reparto; todos con un nivel interpretativo de 10, pero aquí están en segundo plano, casi tercero y poco aprovechados. Lástima. Juega muy bien con los personajes que tiene a su disposición, tan variopintos como los que podríamos encontrar cualquiera de nosotros en un viaje en tren cotidiano.
La película es bastante frenética, pero no en el sentido de volverse muy loca, que también, sino en el sentido de que siempre está pasando algo y captando nuestra atención. Se podría catalogar como thriller de acción, pero meterla dentro de la acción como tal me parece un poco exagerado. Para hacerse una idea puede servir.
En resumen ''El pasajero'' es una película totalmente recomendable. Si estás buscando un entretenimiento sin más esta película entraría de lleno en lo que buscas. Cumple en lo que se propone y, lejos de ser ninguna genialidad, a mí la película me ha parecido bastante interesante de ver. Me ha ofrecido más de lo que esperaba encontrarme y la sensación que me ha dejado este trayecto ha sido de total acierto. Volvería a subirme en este tren, sinceramente.

Lo mejor: El nivel interpretativo, el ritmo, siempre mantiene el interés y es entretenida en todo momento.
Lo peor: Nada destacable.

* Un 6 alto *