Poco tiene que aportar esta película una vez que ya estaban rodadas Perros callejeros y sus secuelas. Imagino que apuntarse al carro de un género que quizás ahora nos extrañe pero que en los 80 llevaba mucha gente al cine. Rodada con profesionalidad y oficio, pero cuya trama e interpretaciones son olvidables.

Por otro lado destacar la visión idílica de estos quinquis, chorizos.. o como se les quiera llamar. Yo soy contemporáneo a ellos y me crié en un barrio obrero en las mismas condiciones socioeconómicas y a los únicos que hacían daño era a gente como nosotros. Una pequeña parte de sus delitos eran a bancos pero la mayoría lo eran a los habitantes de sus barrios: abrir coches, robar motos, quitar el dinero que el hijo de un obrero tenía para ir al futbolín o al cine el domingo... Desde luego cuando a finales de los 80 empezaron a caer como moscas respiramos aliviados.

Si se quiere ver una película que defina al género hay que volver a Perros callejeros.