Esta obra maestra de Mel Gibson se divide en dos partes.
La primera, una historia conmovedora y sentida sobre los principios morales de un objetor de conciencia que no duda en negarse a coger un arma. Una historia emotiva, con incluso grandes toques humoristicos, en la cual el protagonista se tendra que enfrentar ante todos aquellos que lo llaman cobarde.
Y luego, esta la segunda parte de la peli, en la cual Mel Gibson saca su lado mas salvaje y nos ofrece una de las escenas belicas mas violentas y crueles de la historia del cine. El lado mas gore del Mel se aprecia al ver como un hombre utiliza la mitad superior de un cadaver como escudo personal.
Pero ojo, ni mucho menos Mel quiere hacer apologia de la violencia. Como sucedió y sigue sucediendo con Salvar al Soldado Ryan, esta es una pelicula para acabar con la violencia, mostrando al espectador lo absurda y cruel que es la guerra (haber quien es el guapete que se alista al ejercito tras ver esta pelicula). No nos confundamos, el objetivo de esta pelicula no es convencernos de que podemos hacer mucho bien en el ejercito. La gran leccion de esta pelicula es que debemos dejar las armas y la crueldad a un lado, a un lado lo mas lejano posible, y empezar a comprender que la paz no se logra con violencia. La verdadera paz no se logra matando gente, sino salvandola, ayudandola. Donde conviven la bondad y la empatia es donde nacerá la paz.
Sin duda, un 10 muy merecido.