J.D. y su inseparable amigo Turk llevan el peso de la serie y, como si fueran niños, comparten un montón de deliciosas paranoias, "juegos", palabras y "rituales" a modo de clave secreta que sólo entienden ellos: como su perro Perezoso, el Médico más grande del mundo, el Juego de la Galleta, la TBC (Tía Buena del Coma), el Dr. Ácula... son memorables y muy entrañables. Seguro que sus vivencias nos recuerdan, a todos, esas mismas complicidades con algún amigo nuestro.

Sólo necesité ver el primer capítulo para engancharme. Con el segundo ya tenía el jaque mate. Lo que más me gusta a mí de SCRUBS es, primero, la gran amistad entre Turk y J.D., con sus cómplices juegos de niños e inmaduros; segundo, el humor de la serie y la imaginación de J.D.; tercero, que relaja muchísimo ver SCRUBS tras un duro día; cuarto y último: que presenta situaciones reales, problemas típicos de la vida. Contempla desde varios ángulos temas universales como el amor, la amistad... y las relaciones entre amigos. A veces pasan por cosas buenas y a veces malas: un día se toman unas copas en un bar, algo les sale bien en el trabajo o se ligan a una chica guapa, y otro día se enfadan entre ellos por orgullo, cabezonería, por egoísmo, porque cometen un error, también vemos conflictos de comunicación, problemas de confianza, sus temores y miedos a hacer algo o a fallar... y como cada personaje afronta la situación. Unos se ayudan entre ellos, otros a veces no se dan cuenta del sufrimiento o el mal momento de un compañero, los hay que se esconden, o que se derrumban, otros luchan, dan la cara y lo resuelven solos... en definitiva, cada uno toma una opción y al final del capítulo J.D. hace una conclusión como moraleja, bastante bien vistas.
Lo peor: nada.

Titulo la crítica "Mi Serie Favoria" como un guiño a los capítulos de Scrubs, que casi siempre se llaman "Mi...": "Mi primer día", "Mi dejà vu"...