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España España · Oviedo
Voto de Gould:
4
Comedia. Fantástico El espítiru navideño parece dominarlo todo, pero no tiene cabida en el hogar del obispo Henry Brougham. En su lucha por recaudar fondos para construir una nueva catedral, el joven clérigo ha desatendido de tal manera a su afectuosa esposa Julia, que ahora lo único que puede salvar su matrimonio es un milagro. Pero el poderoso ángel envíado desde el cielo no se conformará con darle a Henry una lección inmortal de romanticismo. (FILMAFFINITY) [+]
15 de noviembre de 2018
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si a ustedes les gustan las comedias de cine familiar, católico y navideño no les defraudará esta fantasía con ínfulas de Frank Capra, protagonizada por un trío de campanillas en torno a los desvelos de un joven obispo protestante por edificar una catedral que le hace descuidar su matrimonio hasta la llegada de un trajeado ángel que irá derribando todas las dificultades que se vayan presentando.

Más allá del disfrute de la historia –la cosa va en gustos- la película permite disfrutar de la inteligente elegancia de Loretta Young y de la habitual exhibición de Cary Grant: no se puede uno imaginar ángel más ambiguo e irónico, al que le sienten tan bien los trajes, y cuyo descarado encanto acaba con todas las dificultades.

Técnicamente la cosa está dirigida en piloto automático por Henry Koster, un director prolífico e irregular que cuenta con unos cuantos títulos de interés, pero que no siempre sabía o podía elegir sus guiones. El problema es que es una peliculilla menor, que ha envejecido aceleradamente, con un argumento poco elaborado y donde el humor solo puede surgir de unos diálogos bastante poco brillantes. La película se limita a ilustrar algunas de las pantomimas mágicas del ángel, salpimentándolo con los celos del obispo, pero sin profundizar en el inesperado enamoramiento del ángel, dejándolo en un territorio domesticado e inefectivo y desaprovechando la mejor baza del acomplejado argumento.

Salvo por la parte de los interpretes –y excluyo deliberadamente a David Niven, incomodísimo y algo cargante como preocupado obispo- la película casi no atesora valor alguno. Difícilmente defendible.
Gould
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