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Taiwán Taiwán · Made in
Voto de elmer:
7
Comedia Durante una Nochevieja, en un hotel de Los Ángeles, un botones (Tim Roth) es continuamente solicitado por los ocupantes de cuatro habitaciones. En una de ellas se han reunido unas brujas, en otra un hombre apunta con un revólver a su mujer, que está atada a la cama, en la tercera un gángster y su mujer le piden que cuide a sus hijos y en la cuarta dos hombres realizan una arriesgada apuesta. (FILMAFFINITY)
5 de agosto de 2009
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si servidor hubiera sido el productor de esta película, no hubiese dudado ni un segundo en darle las riendas de la dirección únicamente a Quentin Tarantino, aunque visto el segmento de Banderas, tampoco me lo hubiera pensado mucho en cederselas a Rodriguez, porque verdaderamente es una lástima que de cuatro episodios sean sólo dos los que valgan la pena, pero creo que aún así es justa la nota que se lleva por mi parte, pues la labor de Tim Roth está por encima de la irregularidad de la película, dando vida a ese genial muñeco de trapo llamado Ted, el botones, una auténtica marioneta que va de culo por las situaciones que le brinda el ex-glamuroso hotel.

Así, a bote pronto, el primer segmento a cargo de Allison Anders me sobra y paso de escribir sobre lo ya escrito al respecto; sólo añado (que si no reviento) que estoy un poco harto de verle pasear el palmito a Madonna en algunas películas; sin ser detractor de la cantante, esas ínfulas de diva, en el mundo musical me son indiferentes, pero en el cine no se las aguanto.

El segundo, a cargo de Rockwell, sin ser tampoco muy afortunado, resulta algo más entretenido y en el que destacaría esos escuetos diálogos de una amordazada Jennifer Beals en favor de la expresión de sus bellos ojos, así como una breve secuencia al más puro estilo 13 Rue del percebe con nuestro hombre de goma.

Y a partir de aquí, Four Rooms, sube considerablemente de nivel, pues Robert Rodriguez se pone las pilas y ofrece el segmento más acorde con las formas que se gasta el protagonista y del que no se debe comentar mucho, sólo decir que es aquí donde entran las risas y que posee el mejor plano final de todos los segmentos; algo que el último capítulo no supera, pero al que tampoco deja muy atrás, gracias a unos diálogos con chispa de un Tarantino recién salido de Pulp Fiction. La apuesta del cómico Chester Rush (Tarantino) con sus acompañantes y su tajante resolución sirven de digna conclusión a una película que encajaba como un guante en la carrera del realizador de Reservoir Dogs, pero que del modo que se ha llevado a cabo finalmente, si no fuera por el trabajo de Tim Roth, su comienzo no hubiera sido tan pasable y la cosa no brillaría de igual forma, aún con su estupenda segunda mitad.


"Escucha... aléjate de porteros de noche, niños, putas y riñas matrimoniales"

Consejo de botones a botones.
elmer
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