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Voto de Señor Matuschek:
7
Drama. Bélico Mayo de 1940. Winston Churchill (Gary Oldman) se convierte en primer ministro británico en un momento realmente crucial de la Segunda Guerra Mundial, pues los nazis avanzan imparables conquistando prácticamente la totalidad del continente europeo y amenazando con una invasión a Inglaterra. Churchill deberá entonces explorar la posibilidad de un tratado de paz con Alemania, o ser fiel a sus ideales y luchar por la liberación de Europa. (FILMAFFINITY) [+]
17 de febrero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eso creo. Durante toda mi vida anterior a la visión de esta película, he creído que Churchill lo tenía todo claro a la hora de plantarle cara a Hitler. Este es el leitmotiv de esta película que no defrauda. La pillé casi a última hora de su retirada de la cartelera en mi ciudad y me alegro de haberme obligado a verla como "deberes" para los Oscar.

Es puro cine comercial bien resuelto con un excelente planteamiento, un dilema argumental que incomoda: ¿Debemos ser firmes ante HItler aun a costa de ser eliminados o debemos negociar con el nazismo para una vez vencidos asegurar nuestra supervivencia como país? Bien, me parece un dilema apasionante porque tuvo que darse. No se hasta qué punto son históricas las idas y venidas, las vacilaciones, las presiones e intrigas...pero están tan bien contadas que enganchan a cualquiera que tenga un poco de sesera y le interese algo más allá de su nariz el mundo, el pasado, presente y futuro.

Esto podría haber resultado aburrido, una cháchara sin fin en lugares cerrados si la planificación no hubiera estado llena de planos diferentes, escenas diferentes y secuencias diferentes, todas cuidadas al extremo. Los personajes no son de cartón piedra, y el tan difundido trabajo de Gary Oldman ha tapado otros como el de un mimético Neville Chamberlain, absolutamente creíble en su mísero final. (Recordad que es aquel que llegó con el papelito en la mano afirmando que había logrado la paz con HItler).

Luego están los momentos. Los hay, de esos que nos gusta a los espectadores y que disgustan a los críticos con acidez estomacal (yo fui uno de estos). Momentos emocionantes en pequeño y en más grande. Hacen de esta película una agradable sorpresa para quien la vea sabiendo que es sinceramente comercial (no como la intensa y soberbia 'El Hilo Invisible', que se disfraza de comercial y así engaña a los incautos). En la línea de "La Reina" y más emocionante, al menos para mi, que "El Discurso del Rey".
Señor Matuschek
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