Es posible que, como me ha ocurrido a mí, hayas llegado a esta película atraído por el nombre de Mario Bava y por su consideración de "primer giallo" italiano.
El giallo ("amarillo") fue un género característicamente italiano de los años 60 y sobre todo los 70 que alcanza su máximo esplendor en la obra de Darío Argento. Asesinatos brutales generalmente de muchachas, bastante violentos y gratuitos, en una atmósfera muy expresionista e hiriente.
"La muchacha que sabía demasiado" está muy lejos todavía de esas características, por eso me sorprende que la consideren pionera del género. La puesta en escena es eficaz pero bastante convencional, excepto en algunas escenas de interior, más barrocas y elaboradas. Los crímenes se presentan todavía de forma muy plana, con muy poco "horror". El desarrollo de la historia está traído por los pelos, con algunos incidentes inexplicables y con algunos cabos de guión totalmente gratuitos. Demasiados personajes que aparecen aleatoriamente en la trama sin aportar nada más que cierto grado de confusión.
Se muestra bien Roma, pero con ojos de "turista" norteamericano.