Buena película de espías / acción. Se sitúa a mitad de camino entre la serie de Bond y las películas de espías más psicologistas, tipo "El topo" de Alfredsson.
La tensión muy bien construida desde el primer momento y unas interpretaciones considerables. Caine desarrolla su papel con el piloto automático, pero hay que reconocer que borda este tipo de personajes de agentes británicos cínicos, eficaces y rebeldes.
Y Brosnan no desmerece. Su frialdad va muy bien con el sanguinario agente soviético al que da vida.
Junto a ellos el resto de personajes no brilla demasiado, pero es cierto que es sobre ellos dos sobre los que pivota la película.
Es cierto que hay ciertos mecanicismos en el desarrollo de la trama (el propio autor de la novela, el exitoso Frederick Forsyth firma el guión) para una historia que ya nos han contado muchas veces.
Pero por lo demás se disfruta muy bien. Han pillado muy bien el espíritu de la época (mediados de los años 80) y merece mucho la pena, bien sabido que no es más que entretenimiento.
Una debilidad personal: la actriz estadounidense Joanna Cassidy, que está en pantalla apenas 10 minutos, pero está soberbia y bellísima como ingeniera soviética eficaz y fatal.