Como comedia romántica al uso, cumple su función. Es predecible, sí. Sigue el modelo mil veces visto y no aporta nada nuevo al género, también. Pero, para mí, lo peor de esta película no ha sido eso.

Un aspecto que no me ha gustado ha sido la química entre los protagonistas, más bien la falta de química. Ambos me parecen perfectos para el género pero estaban más fríos entre sí que el glaciar de Titanic.

Otro aspecto, el personaje de Elizabeth Casanovas (una actriz que me parece maravillosa) no sé por dónde cogerlo. Su trama es tan absurda y predecible (pero que se ve a 15 km el final, ese nivel) que se hace hasta molesta.

Otro aspecto más en su contra, y con este finalizo, Mimi. Se dio a conocer en Masterchef España y aquí se abre a la interpretación. Interpretación muy mejorable pero, siendo honestos, para ser la primera tampoco es para tirarla piedras.

No todo es malo en esta película, y eso tiene que ver con la amiga que falta, interpretada por Susana Abaitua. Tanto su interpretación como su trama y su personaje son creibles y consiguen destacar sobre lo demás.