Siempre que escribo una crítica me tomo unas horas e incluso un día después del visionado, para digerir y pensar lo que acabo de ver. Y ha sido en este proceso donde me he dado cuenta de ciertas cosas que me han hecho dudar de una película que en los títulos de crédito me tenía entregado.

Es una buena película, eso no se puede discutir, pero si te paras a pensar hay cosas que no encajan. Antes de entrar en detalle y a pesar de su buen ritmo y actuaciones, a la parte de comedia le falta algo de chispa y a la parte de drama algo más de crudeza.

Se nos plantean varios temas delicados (en el sentido de que difícilmente la gente se pone de acuerdo) y muy interesantes aunque poco se profundiza en unos mientras que en otros no se llega a conclusión final. Quizá el más curioso y el que puede englobar más número de tramas es "enseñanza o adoctrinamiento".
Otro gran problema es la credibilidad. Viggo y su prole son una mezcla entre Jhon Rambo y Platón. Inteligentes, rozando la perfección física, cultos... Como la mayoría ¿verdad?

No obstante si mete el dedo en la llaga, aunque no mucho, en temas interesantes. El tipo de educación que reciben las nuevas generaciones, el infantilizar a los niños hasta casi la mayoría de edad o que ocurre cuando entre padres e hijos se establece una relación de igualdad.

Personalmente creo que esto es como el problema de la sabana. Si tiras mucho los pies quedan al aire y si bajas demasiado el pecho queda al descubierto.

Dicho esto es una película que merece la pena verla. Por el ritmo, por las actuaciones y por los temas tratados durante el metraje. Eso si, no se acerca a pesar de ser indie/road movie a la gran "Pequeña Miss Sunshine".