Miniserie de tres episodios que sigue los pasos de un Poirot crepuscular, olvidado de todos, quien empieza a recibir unas perturbadoras cartas. Cuando los asesinatos comiencen a sucederse, el antaño famoso detective deberá volver a investigar para desvelar el misterio.

Aunque toma muchos elementos de las novelas de Agatha Christie, su tono es ligeramente distinto del habitual. Propone una desmitificación del héroe, una humanización del personaje, al tiempo que nos sumerge en un apasionante duelo entre el sabueso y el supuesto asesino.

Se apoya, sobre todo, en la excelente interpretación de John Malkovich, rodeado de buenos secundarios, y en una elegante recreación de época. El resultado es meritorio; funciona tanto como homenaje como reelectura.