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Voto de La mirada de Ulises:
7
Drama Una nueva ley da preferencia a los perros de raza e impone un tributo considerable por las razas cruzadas. Rápidamente, los refugios caninos se llenan con perros abandonados. Lili, de 13 años, lucha por proteger a su perro, Hagen, pero su padre lo suelta en la calle. Aún inocentemente creyendo que el amor puede conquistar cualquier dificultad, Lili comienza a buscar a su perro para salvarlo. Por su parte, Hagen lucha por sobrevivir y ... [+]
30 de junio de 2015
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Una jauría de perros rabiosos persigue a Lili por las desiertas calles de Budapest. El líder de la manada es Hagen, un perro de raza cruzada que un día descubre que no todos los hombres son como su joven dueña ni tampoco pueden presentarse como el mejor amigo del perro. Tras sufrir el maltrato de varios dueños y de la perrera, emprende su particular venganza y lo que entiende como la justicia bien entendida. “White god” comienza siendo el relato de una historia de amistad entre una niña y su perro, para pronto convertirse en metáfora de la condición humana y de una sociedad opresora e injusta.

Con algunas imágenes impactantes como las iniciales y otras que apuestan por un crudo realismo, Kornél Mundruczó nos habla de la falta de solidaridad en nuestra sociedad, del germen de venganza que se incuba tras los abusos de quienes detentan el poder, de la viabilidad de unas relaciones que dejan de ser amistosas para convertirse en agresivas. La música se presenta como actividad que saca a flote la mayor sensibilidad y humanidad, y en su lado opuesto la pelea -aunque sea de perros- aparece como la manera de suscitar agresividad en el más manso. Viendo “White god”, el espectador no sabe quiénes serán más humanos y quiénes más salvajes, si los hombres o Hagen... porque el comportamiento de unos y otros lo deja en la ambigüedad. Hay escenas duras por la crudeza en esa lucha sin cuartel, y también otras que llegan llenas de sensibilidad y hablan de redención.

Si espectacular en el comienzo, mayor asombro genera el adiestramiento de los perros, hasta el punto de que Hagen se convierte en protagonista y verdadera alma de la cinta, en merecedor de algún galardón pr su interpretación. Su mirada profunda transmite sentimiento e incluso pensamiento, y la sintonía con Lili resulta entrañable y verdadera. También Zsófia Psotta inspira pureza y valentía, y su decisión ser permanecer fiel a su perro contrasta con el despego y abuso de cuantos entran en relación con él. En cierto sentido, hay similitudes con “El origen del planeta de los simios” y con otros trabajos que recogen la revolución ante una civilización en decadencia, y Hagen se convierte en un nuevo César que invita a recuperar la humanidad perdida... aunque sea con unas notas de trompeta.

En definitiva, tenemos una fábula canina y una metáfora política que resultará dura para los amantes de los perros, con muchas ideas para el debate y con algunos momentos sobrecogedores, que anima a querer a un perro como Hagen y a temer a su degradada versión. Y, por último, la música es impresionante y permite acompañar a los perros en su búsqueda de justicia. El desenlace es, por otra parte, toda una advertencia y una invitación a adoptar una postura no discriminatoria, a ponerse a la altura de los otros (de los perros) y tener en cuenta sus necesidades.
La mirada de Ulises
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