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Voto de La mirada de Ulises:
7
Drama Años 70. Un fugitivo atraviesa Texas para reunirse con su esposa y con la hija que nunca llegó a conocer. (FILMAFFINITY)
28 de mayo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al ver "En un lugar sin ley", uno tiene la impresión de haber regresado al Terrence Malick de "Malas tierras" y también de estar dando un paseo por el cine de los años setenta... con sus huidas y sus intentos por encontrar un lugar en el mundo. Aquí, en la película que acaba de estrenar David Lowery, la pareja de novios que se ve envuelta en un crimen son Bob y Ruth, jóvenes que se juran amor eterno cuando él es encarcelado y ella espera un bebé. Son parajes de Texas y el sol calienta para reflejar en el rostro de los personajes toda la fuerza del destino, junto a la calidez de un amor sincero que se vive desde la inocencia, y el polvo del camino de la vida que se vuelve tortuosa hasta amenazar con dar al traste tantas ilusiones de juventud.

La referencia a Malick no es gratuita pues la cámara de Lowery se acerca a la naturaleza como si la estuviera acariciando y se impregna de su mismo sentido de melancolía. Una vez más, el paisaje es protagonista para acompañar a Ruth en su larga espera y los cielos parecen cargarse hasta estallar en un grito contra la injusticia. No es posible el amor, o al menos no lo es del modo en que los dos jóvenes se lo han imaginado. Aquí, en Texas, el pasado es un lastre del que resulta difícil desprenderse, y solo un espíritu idealista puede imaginar el mundo que se encontrará la pequeña Silvie. De momento, pistoleros ávidos de venganza, policías en quienes quizá se mezcla el amor con otras ocultas intenciones, familiares que amenazan con una escopeta, y amigos que se juegan la vida. Es un universo de contradicciones y perplejidades del que hay que huir... hasta otro lugar en el que a uno le permitan comenzar una nueva vida.

En esta tarea, la fotografía de Bradford Young es fundamental, capaz de crear atmósferas de tensa espera y delicado amor, de generar sombras que se ciernen y amenazas de tragar el polvo. El crudo presente es salpicado por breves recuerdos de un pasado en el que el sol brillaba alto, mientras que el futuro se invoca desde la esperanza en las nuevas generaciones. En un cine así, tan ensimismado y contemplativo, es fundamental el trabajo de los actores, y tanto Casey Affleck como Rooney Mara aportan a sus personajes la candidez y bondad que el policía acierta a descubrir en sus ojos. Una historia de amor imposible y de búsqueda infructuosa, con fugitivos de buen corazón y presentimientos a flor de piel. Un cine sugerente e intimista, profundo y sobrio, construido desde la planificación y la elipsis narrativa, ideal para quienes gusten de las historias trágicas e interiores, con sentimiento y épica.
La mirada de Ulises
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