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Voto de La mirada de Ulises:
5
Drama. Aventuras En los años 90, tras unas duras experiencias personales que tocaron fondo con su divorcio y sobre todo con la muerte de su madre, la joven Cheryl Strayed decidió recorrer en solitario, y careciendo de experiencia, más de 1600 kilómetros por el Sendero de las Cimas del Pacífico, que atraviesa el desierto de Mojave y sube hasta la frontera entre los estados de Oregón y Washington, en un intento de encontrarse a sí misma. (FILMAFFINITY)
10 de febrero de 2015
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No es la primera vez que el cine pone en camino a un personaje para hacerle crecer y madurar. En este caso, Jean-Marc Vallée echa mano de la historia real de Cheryl Strayed, mujer que decidió hacer el Sendero de las Cimas del Pacífico, atravesando desiertos y valles, empujada por la rabia y la impotencia de una vida sin rumbo que se asomó al precipicio cuando su madre moría de cáncer. Ante todo, Cheryl necesita perdonarse y aprender a escoger la mejor versión de sí misma, porque la vida no ha sido fácil: drogas y sexo sin freno, un matrimonio destrozado y una familia rota... le han obligado a probarse y afrontar la soledad del vagabundo para salir fortalecida. Para este biopic, el director acierta al apoyarse en dos grandes actrices como Reese Witherspoon y Laura Dern, que son lo mejor de la cinta y que están nominadas a los Oscar por este trabajo.

La historia se plantea como una road movie canónica y bastante convencional, pero el problema es que nunca coge vuelo ni se carga de energía. Es como si Cheryl comenzara cansada su aventura, como si la mochila pesara demasiado, y como si el Sendero se le hiciera tan largo como la película al espectador. Resulta inverosímil desde el momento en que la joven coge por primera vez la mochila, símbolo pretencioso de la pesada carga existencial que arrastra, pero más aún lo es la transformación interior que sufre ante el niño cantarín. Los fogonazos del pasado que llegan con constantes flash back resultan impostados y con poca fuerza, como si quisieran ilustrar machaconamente la desgraciada vida de Cheryl a base de pensamientos que no le permiten vivir en paz. En el desierto y sin comida ni bebida, entre la nieve y rodeada de hombres amenazantes, en la jungla y sola con el recuerdo de su madre... siente la orfandad de una hija desconsolada y la soledad de quien reniega de Dios, hasta que aprende que el propio pasado le ha traído también cosas buenas.

Demasiada mochila para esta frágil historia de redención, salvada por el esfuerzo de una Reese Witherspoon que hace todo lo que puede y más por llegar al término del Sendero. Pero el guión es irregular y con poco pulso, y nunca llega a dibujar un personaje tan atormentado e infeliz que justifique esa puesta en marcha. Con Cheryl caminamos, como consecuencia, con paso cansino y anodino, entre un pasado de dolor y un presente de duda y temor, solo amenizado por una banda sonora reincidente... porque se ve que al director le encanta Simon & Garfunkel y El Cóndor pasa. La historia es buena y la interpretación también, pero el deambular sin rumbo por esa jungla de dolor -que no lo parece tanto- no es demasiado atractiva aunque se acabe en el Puente de los dioses.
La mirada de Ulises
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