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Voto de Néstor Juez:
7
Intriga. Thriller En un futuro cercano, el pueblo de Bacurau llora la muerte de su matriarca Carmelita, que ha fallecido a los 94 años. Algunos días más tarde, los habitantes se dan cuenta de que el pueblo está siendo borrado del mapa, al mismo tiempo que aparecen unos extraños forasteros. (FILMAFFINITY)
27 de marzo de 2020
23 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y a las 22:30, esta vez refugiados de la algarabía en el sosiego de la Sala 2, pudimos disfrutar del que sin duda era el plato fuerte de esta muestra. Una de las últimas películas que me restaba por ver de la Sección Oficial de Cannes 2019 donde, además, se hizo con el premio del Jurado ex-aequo. Se trata de Bacurau, la nueva película de Kleber Mendonça Filho tras la atractiva Doña Clara, que en esta ocasión fue acompañado en la dirección por Juliano Dornelles. El pequeño y humilde pueblo de Bacurau, al sur de Brasil, se encuentra aislado del resto del país por obstrucciones en la carretera, y necesitan que les traigan el agua de fuera con un camión cisterna. Tras el funeral de Carmelita y el regreso de familiares y amigos, se empiezan a percatar de que el pueblo ya no aparece en los mapas, y de que el satélite les está bloqueando la señal telefónica. Tras la llegada de algunos forasteros y algunos altercados cercanos, pronto descubrirán que están siendo asediados, y que más pronto que tarde deberán enfrentarse a un peligroso y misterioso enemigo. Un delicioso perro verde fílmico, una bendita marcianada, de esas que saben a gloria en el contexto de la Muestra y que brillan con luz propia. Una obra fascinante, irregular e indescriptible, pero rica y muy sugerente a varios niveles. Un desafío a las convenciones, un perpetuo planteamiento de formas establecidas utilizadas de manera heterodoxa. Un neo-western costumbrista visualmente atípico y deslumbrante que nada sin miedo ni cargo de conciencia por las turbias aguas de lo impredecible, lo aleatorio. Una película anómala que probará muchas paciencias y que es preciso aceptar con la mente abierta para disfrutar su juego, coqueteando de continuo con un absurdo lógico bien entendido. Una película que es un barroco y desenfado ejercicio de estilo, un homenaje en clave satírica al universo de Leone y demás Spaghetti Westerns que utiliza sus tropos con una ligereza auto-consciente que desestabiliza al espectador (movimientos de grúa, planos detalle de bocas, planos extremadamente cerrados, cortinillas desfasadas), casándolo en un sorprendente maridaje con la sensibilidad del drama social localista del cine previo de Mendonça e induciendo con armonía una crítica al capitalismo americano. Película demasiado larga y descompensada de ritmo, irregular, pero sumamente atractiva y que, por supuesto, recomiendo con convicción.
Néstor Juez
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