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Voto de Néstor Juez:
7
17 de octubre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El lunes 1 de octubre tuvimos el placer de asistir a un pase de Caramel a las 10:00 en la sala 9 de los Cines Princesa de Madrid para ver una de las películas más aplaudidas de Perlas y del año: la polaca Cold war/Zimma wojna, nueva película del director de la venerada Ida que le brindó el premio a Mejor director del último Festival de Cannes. En la Polonia de los años 50, en pleno apogeo de la Guerra Fría, un director de orquesta se enamora perdidamente de una de las muchachas que canta y baila melodías populares en los números que representan por Europa. La pasión es mutua, y mantenida durante las décadas, pero sus caracteres y procedencias sociales son muy diferentes, y pese a reencontrarse una y otra vez en el tiempo su incompatibilidad les separará una y otra vez ante un convulso ecosistema. Un romántico y emotivo filme clásico, un homenaje delicado a la tradición cinematográfica polaca y a un cine ya extinto, que se regenera. Una película que, de nuevo, es un festín para los ojos, un ejercicio de primorosa realización y sublimada estética. El 4/3 en Blanco y negro nos brinda estampas muy bellas de composición medida al más mínimo detalle, con un eficaz uso de la música en escenas de baile y concierto. Todo un portento del encuadre de los planos. Contenida en su expresividad y emociones, pero entrañable, que eleva el ánimo. Una película cuya forma es tan irreprochable que es lógico que triunfe allá dónde va. Pero la fotografía y el trazo no lo puede ser todo, y el relato que está en el fondo es frío, su historia de amor no nos conmueve todo lo que debería. Y por su elección para llevar a cabo las transiciones entre escenas, no fluye con armonía. Una buena película, que duda cabe, con la garantía que suele ofrecer Cannes, y que supera levemente los éxitos de Ida. Pero tampoco la obra maestra que muchos celebran, y una obra ampliamente sobrevalorada.