Hacía mucho tiempo que no leía una trilogía literaria tan extraordinaria. Debo decir que he quedado atrapado en el mundo de los Juegos del Hambre. Suzanne Collins me ha ganado como lector y por ese motivo soy bastante crítico con la adaptación cinematográfica de la segunda parte del libro. A estas alturas debe haber pocos que no sepan cuál es la verdadera historia contada en la trilogía. No trata de una nueva aventura juvenil, de las que soy también muy aficionado, sino de la vida interior de la protagonista a lo largo de una de las vivencias más terribles que nadie pueda experimentar, la esclavitud, la guerra. En mi opinión Sinsajo parte I es la mejor de las cuatro películas de la saga, porque es la que más se asemeja al espíritu de los libros. No me gustó que dividieran el último libro en dos películas, pero debo reconocer que de no haberlo hecho no habría podido disfrutar de al menos una cinta satisfactoria. Espero que no me malinterpretéis, Sinsajo Parte II es una película entretenida, que mantiene el tipo y te hace pasar un rato agradable. Sin embargo, ha perdido una grandísima parte de lo que hacía la historia de Katniss realmente especial. Tengo entendido que rodaron casi a la vez las dos partes de Sinsajo. De no ser por eso sospecharía que la segunda parte es más comercial por la lluvia de críticas que le cayó a la primera parte, donde la gente la apuntaló abiertamente porque fuera demasiado lenta, demasiado sentimental, con poca acción. Con todos mis respetos, creo que esas personas no han entendido el mensaje de la primera parte de Sinsajo, que es esencial para comprender por qué Katniss hace lo que hace y para qué lo hace. Los Juegos del Hambre cuentan una historia acerca de la naturaleza humana, acerca de que las guerras, incluso las propiciadas por una causa justa, tienen un precio, para todos. En Sinsajo parte II esto se difumina. Se pierden los detalles y los matices que le dan profundidad a la historia. La música es muy bonita, pero en su mayor parte ya la pudimos escuchar en la película anterior. El protagonismo de Peeta pasa a segundo plano, Gale pierde peso en la historia y los demás personajes son un borrón poco reconocible. Una buena adaptación debe ser capaz de hacerse entender por todo espectador, tanto si ha leído el libro, como si no. En ese sentido Sinsajo II ha fracasado. Para que os hagáis una idea de lo que quiero decir echadle un ojo a la parte de spoiler. El final de la película es la del libro, pero el prisma de Francis Lawrence lo ha deformado, haciéndolo menos triste y sufrido, más simple, menos incómodo. Una pena, pero repito, es una película entretenida que no me importaría volver a ver si la echasen en la tele.