El cine de John Carney es siempre garantía de música original, bonita y perfectamente encajada en el argumento. En la incursión del director en el cine de Hollywood, nos ofrece un producto tan bonito como lo fue Once o posteriormente Sing Street, pero en lugar de con ese aire callejero irlandés, la acción se traslada a Nueva York, donde demuestra la misma enorme capacidad de retratar las calles, las sensaciones, los olores, en una historia sencilla y bonita donde la química entre los protagonistas (una cantautora y un caza talentos, interpretados por Keira Knightley y Mark Ruffalo) resulta enternecedora