Inspiración, eso es lo que me transmite esta película, y sentimiento, desazón, romanticismo, tristeza y alegría. Lejos de ser una más de las versiones que se han hecho de la novela de Charlotte Bronte, esta es sin duda la mejor.
Bien adaptada, bien filmada (la fotografía, la elección de los ambientes, el uso de las luces y sombras, en general la magnífica recreación de esa época), y sobre todo, bien interpretada. Wasikowska nos muestra a una Jane más humana que la que hemos podido ver en otras interpretaciones, ni tan modosita ni tan exagerada como otras, por no hablar de Fassbender, que borda su papel del misterioso Rochester, el cual también resulta mucho más creíble que otros, pues no oscila de forma descontrolada entre la brutalidad y el sentimentalismo, sino que hay un equilibrio de todo ello.

El cine de época siempre me resulta estimulante, pero en este caso aun más por esa conjunción entre romanticismo y misterio.