Un individuo risueño que dice venir de un planeta más allá de las estrellas aparece en medio de la ciudad desorientado, y unas personas muy amables deciden que el tipo es un perturbado y lo encierran entre locos de diferente calaña. Y el individuo ni se inmuta. Sigue en su mundo de felicidad.

Los doctores están desconcertados. Todo lo que dice el individuo en cuestión no se corresponde a alguien clínicamente loco pero no tiene sentido fuera de ese mundo. Extraño. Pero el individuo disfruta de su estancia en su mundo de felicidad.

Solo hay dos opciones barajadas: o está como una cabra o es un alienígena. Si es la opción uno, no lo parece, y la opción dos es improbable. Nadie sabe donde está el chiste. Y nadie sabe porque sigue inmerso en un mundo feliz.

Toda una película para intentar averiguar esto. Parece sencillo. Incluso quizá parezca pretencioso, pero lo que realmente queda es una preciosidad de película con un Spacey haciendo uno de los mejores papeles de su vida. Y eso, puedo asegurar que son palabras mayores.