El título de la crítica lo dice todo. Es un corta y pega desquiciado, desequilibrado, imposible, brutal. Entre el montaje de nanosegundos -montaje epiléptico creo que lo denominan en cinecutre-, el inicio en el que una voz en off narra a una velocidad impresionante una serie de hechos totalmente absurdos mientras se suceden imágenes de la Star Wars original montados y remontados (incluso boca abajo), el hieratismo de los protagonistas (una transcendencia que lo acerca por momentos a Dreyer), el ¿argumento? que no me ha terminado de quedar claro (vamos rieté de Lynch), los enemigos (entre los que hay unas momias con las uñas largas, un robot que parece el abuelo de Robbie -el de Forbidden Planet-, y unos esqueletos -sic- gordos),...

Estamos ante algo que se podría considerar como post-neo-trans-modernismo pasado por un filtro surrealista y hierático.

Aunque siempre me quedará la duda de que hubiera hecho esta película si hubiera existido el "tiempo bala". ¿Para cuándo un remake de Uwe Boll?...

P.D. La segunda parte ya la estrenaron en parte del mundo.