Cuando hablamos de Halloween edición 2018 tememos faltarle el respeto a la película original de hace cuarenta años, con la cual se consolidó el género de terror slasher de una vez por todas. ¡No faltaba nada! Teníamos un asesino enmascarado sin razones aparentes para matar, potenciales víctimas irrelevantes, una adolescente recatada y sus amigas promiscuas. ¿El resultado? Un éxito. Inspiración para Viernes 13, Pesadilla, y los cientos de secuelas que siguieron a cada una, por lo general con un nivel mucho más bajo.

Halloween 2018 también es una secuela, no lo olvidemos. Y como tal es buena, muy buena. Aquellos que se quejen por no encontrarle pasta para considerarla "de culto" deberían recordar que el único motivo que convierte a la primera en estas es su novedosa formula. Esta continuación de las cuatro décadas obedece la misma fórmula como autómata, y es efectivo. Ya vimos lo que le sucedió a Rob Zombie al intentar justificar la maldad de Michael. Myers es tan aterrador porque no sabemos por que lo hace, solo tenemos la certeza de que continuará haciéndolo hasta que alguien lo detenga.

Y será que los slashers ya no son buenos y me aburren. Pero cuando uno me mantiene firme en la silla como éste, no puedo más que regalarle una buena crítica. Porque se lo merece.