Lasse Hallström ("Las normas de la casa de la sidra") regresa a su Suecia natal buscando aprovechar la moda de las adaptaciones de novelas negras nórdicas. El resultado es deficiente como relato criminal y algo más estimable en su parte más melodramática y humana. La intriga arranca bien pero acaba importando poco al resultar demasiado evidente; interesando más el retrato de los personajes, de su intimidad, su problemática, sus relaciones y sus confrontaciones.

Lena Olin, en el papel de madre de un preadolescente a sus 57 años, despertó las malas lenguas (como la de Carlos Boyero) según las cuales debería hacer de su abuela y no de su madre… si no fuera porque es la esposa del director. Pero lo cierto es que está espléndida en su interpretación. ¿Y qué pasa? ¿No tuvo Ana Rosa Quintana gemelos a los 48?