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Voto de Helga Maria Saboia Bezerra:
10
Drama Mientras su familia se reúne para celebrar su cumpleaños, el periodista Alexander se siente angustiado por la desoladora falta de espiritualidad que caracteriza al mundo contemporáneo. Sus peores temores se confirman cuando, durante la fiesta, llega la noticia de un inminente conflicto nuclear: la Tercera Guerra Mundial. El final, definitivo e irreversible, está cerca. En ese momento están con él su angustiada esposa, sus dos hijos, un ... [+]
10 de junio de 2018
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
A esta película llegué porque, leyendo -- mejor diría estudiando -- sobre la Parusía, he encontrado el Ciclo de Conferencias sobre "Profecías y El Fin de los Tiempos". Esa obra del padre Leonardo Castellani, uno de los más grandes intelectuales argentinos del siglo XX, al que conocí a través de Juan Manuel de Prada, es magistral. Lo que hizo que el tema me apasionara de tal manera, que busqué ampliarlo a través del cine. Me acordé que había apuntado un listado de medio centenar de películas recomendadas por el Vaticano.  Entre ellas hallé el filme de Tarkovski, sobre el asunto que buscaba. Y me ha sorprendido muchísimo, porque trae una escena absolutamente convincente, angustiosa, bellísima. La de un Erland Josephson (a quién yo ya había visto en "Secretos de un matrimonio" y "Saraband", ambas de Igmar Bergman, al lado de Liv Ullmann), en la piel de Alexander. Quién, completamente entregado, en su desesperación, a rezar el "Padre Nuestro", me conmovió muchísimo. Con gran humildad y desde el más profundo sufrimiento -- como un niño que, acosado por el miedo, se abandona en los brazos de su padre --, se rinde, el buen hombre, y suplica por la Misericordia Divina. Pide perdón por todos los que nunca Le dieron atención "porque nunca sufrieron". Éste es, para mí, el punto alto de la película. Tarkovski no quiere imponernos absolutamente nada. Y ofrece un guión que servirá a creyentes y no creyentes lo elementos para decidir si Alexander era un creyente o un demente. Y no puedo dejar de registrar otra escena, la del encuentro de Alexander con María, la sirvienta, en la casa de ésta, en un intento desesperado de salvar la humanidad del desastre apocalíptico. Escena muy bien analizada por el filósofo español Eugenio Trías en su libro "De Cine - Aventuras y Extravíos", donde recuerda: "'La Bruja': tal era el título inicial de esta película, lo cual constituye una buena pista sobre la importancia que este personaje adquiere en el film en su conjunto".
Helga Maria Saboia Bezerra
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