La convivencia cuasi perfecta de representar los logros y el camino hacia ellos en armonía y sin el rupturismo ni impactos narrativos frontales juega a favor de un guion que busca la confluencia de tres figuras unidas en la lucha, en batallas distintas de una misma guerra, diferenciadas y yuxtapuestas sin que se deshilache la historia. Un reparto interpretativo sólido, agradecido y basado en el rigor, con juego de gestualidad y conceptualidad. Una ambientación y montaje confluyentes, con una banda sonora que ofrece el contrapunto a sus personalidades, que las interpela sin vergüenza y con tesón. Vestuario de gran realismo y representatividad. Sin alardes técnicos representa una realidad palpable, con pequeñas anotaciones a la trama principal, que las une y las concentra sin temor a que se solapen. Una realidad no tan lejana que ayuda a profundizar en la historia sin miedo a mezclar sentimiento y crudeza, rabia y alegría, dolor y resignación. Un juego de confrontaciones que viven y conviven sin que se rompa el orden.