Y ha habido tantos ya -apocalipsis, digo- que no se explica que Bird Box venga a trillar un campo retrillado hasta aburrir. Pero lo hace, y lo logra: aburre. Dos horas eternas de violencia, absurdos y sufrimientos varios que desde el minuto uno ya se sabe cómo va a rematar.

El que nos ocupa -este 'novedoso' fin de la humanidad- viene esta vez de unas fuerzas extrañas, extraterrestres o vaya usted a saber qué, que ni vemos ni las explican, pero que hacen que a la gente 'normal' les entren unas ganas locas de suicidarse: brillante, ja. Otras veces fueron virus, toxinas, zombies, el mismo aire o los árboles como en The Happening, película con la que hay demasiadas coincidencias.

En definitiva, un derroche de medios al servicio de lo repetido y de la vulgaridad.