Ningún protagonista es bueno, y el karma es el que hace de protagonista principal.

Realmente no sabía lo que estaba viendo, ya que en un principio molaban los protas, y al minuto siguiente los odiaba. Aquí no se escapa nadie.

Menos mal que me quedé a leer todos los créditos y pude leer que ningún animal fue maltratado y estuvo en todo rato controlado para que así fuese. Menos mal...

La parte más conmovedora fue cuando el perro negro mata a los otros y el amo llega a casa... se le llega a coger cariño a este protagonista porque es el más "noble" de todos, aunque también le llega su karma.

Goya Toledo no pinta mucho en esta película, por su lengua, que hacía una mezcla mexicana-español muy raro.