Típicamente francesa. Tiene sus toques raros. Al principio choca volver a ver una película en blanco y negro y cuando no es realmente necesario. Y luego ya te acostumbrar a tener esa testura que quiere dar a la película.

Es curiosa, un romanticismo curioso. Hay puntos que aburren, porque muy absurdo que sea todo, llega a empalagar tanta idiotez. Pero se agradece de tanto en tanto ver alguna película así.