Sam Peckinpah demuestra con ésta portentosa película lo grandísimo director que era no sólo por los tiroteos que por mucho que se intente son increíbles, magníficamente llevados a la pantalla con un realismo bestial, sino por la forma de llevar a cabo un argumento y un guión magestuosos que encajan a la perfección en todas las situaciones y también me alegro de que Burt Lancaster, Kirk Douglas, Charlton Heston, Gregory Peck... (actores magníficos todos ellos), rechazaran el papel principal dándoselo en bandeja a un William Holden memorable que bordó su rol de forma encomiable y por supuesto unos actores secundarios únicos como Ernest Borgnine, Warren Oates, Ben Johnson, Robert Ryan... que junto con le ambientación y una banda sonora de muchísimo mérito logran hacer un Western del que yo particularmente había oído hablar de el (pero poco) y un día decidí verlo y al empezar la película quedé prendado con todo hasta que se acabó y no me lo podía creer.
No me podía creer que éste film no ganara ningún premio de la academia, aunque de Hollywood ya no me extraña nada, pero por mucho que los de Hollywood no quieran,
Sam Peckinpah y este Western son únicos y nunca la acción, la violencia, la sangre, el fracaso de unos perdedores estará tan magníficamente filmado como por Sam Peckinpah (director que mereció más reconocimiento al igual que todo en esta obra de arte).