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Voto de sicilianlemon:
6
Drama. Comedia Biopic centrado en los últimos tres años del gran poeta Oscar Wilde (1854–1900). Wilde (Rupert Everett), recluido en un hotel de Francia con sus amigos (Edwin Thomas y Colin Firth), decide atravesar Europa, presa de impulsos contradictorios: ir a ver a su mujer (Emily Watson) o a su amante, Sir Alfred "Bosie" Douglas (Colin Morgan). (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2019
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clásico caso de trailer prometedor y film irregular.

El principal error de "The Happy Prince" es que está enfocada a wildeanos que ya conocen bastantes detalles acerca de la vida del escritor; los que no sepan nada, se sentirán como si se hubieran bajado en la estación equivocada, rodeados de personajes que no entienden y que aparecen de repente sin presentación previa. Es, por lo tanto, una película dirigida a gente que esté familiarizada con Wilde, su obra y su vida.

La verdad es que Rupert Everett (jamás me hubiera imaginado que pudiera interpretar a Wilde, sobre todo después del soberbio retrato que hizo de él Stephen Fry en 1997) da el pego, en especial desde ciertos ángulos y encuadres, de manera que a veces la ilusión de estar viendo al auténtico Wilde resulta inquietante: también convincente parece la ejecución de su modo de caminar, moverse y hablar, indagando en ese lado suyo más descarado y juguetón. De cerca la aventura ya es más arriesgada: especialmente nerviosa me ponían algunos gestos desagradables, el efecto burdo de la caracterización y maquillaje, que si bien lo hacían más humano, también daban un tono repulsivo a su figura: ¿quizás es lo que pretendía?

Mientras que el Wilde de Stephen Fry era un gigante bonachón, apesadumbrado y bondadoso, el de Everett es más tirado y desesperado: un Wilde que toma drogas, que se mueve por los bajos fondos, que canta y que bebe, muy alejado de ese hombre elegante y distinguido que se paseaba con los guantes en la mano. Hay alguna escena conmovedora bien resuelta, pero en general, la película no te sitúa bien a los personajes secundarios ni el timeline. Robert Ross, Reggie o incluso el archiconocido Bosie, aparecen de la nada por generación espontánea: también tienes que hacer un esfuerzo por situar a la pobre Constance. Un poquito de background se hubiera agradecido para no separar tanto a los wildeanos de los no wildeanos a la hora de enfrentarse a la película.

Bastante irritante la falta total de parecido de Colin Morgan a Bosie (ser guapo, joven y rubio no es sinónimo de saber hacerse con un hombre de una personalidad tan cruel y peculiar), y algún que otro pasaje cuya edición produce cierta vergüenza: por ejemplo el uso de la cámara lenta con frecuencia está mal utilizado, parece muy de amateur, en contraste con otros cuidadísimos sets y escenas.

Como ejercicio para fans, ávidos siempre de cualquier cosa que tenga que ver con la fascinante figura de Oscar Wilde, lo veo pasable: no sentirás que has tirado unas horas a la basura, pero tampoco vas a alucinar. Para los demás, lo veo arriesgado: mejor ver antes la versión de Fry.
sicilianlemon
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