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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama. Aventuras Adaptación de una novela del escritor inglés E. M. Forster. India colonial, años 20. Adela, una joven inglesa, viaja a la India, en compañía de su futura suegra, para contraer matrimonio con un magistrado de Chandrapore. La joven está obsesionada por conocer a fondo la realidad del país y encuentra la oportunidad de satisfacer su deseo gracias al doctor Aziv, un médico hindú. Sin embargo, cuando éste organiza una excursión para ... [+]
11 de noviembre de 2014
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está excepcionalmente dirigida por uno de los mejores directores británicos de los últimos tiempos, David Lean, para cuya empresa contaron con toda la confianza de los productores igualmente ingleses Richard Goodwin y John Brabourne, especialistas en películas de lugares coloniales y exóticos. En este punto quiero subrayar, por si alguien no lo conoce, que Lean llevaba catorce años retirado del cine tras el inexplicable fracaso de “La hija de Ryan”, una genial e incomprendida obra. Pues bien, tras este lapso de tiempo, Lean se hace cargo de “Pasaje a la India” y lo hace con toda su sabiduría, si bien con algunas deficiencias desde mi modo de ver, que ahora apunto. Para empezar, la película no está a la altura de la novela de Forster, que es más simbólica, y el guion de Lean (que no era guionista) hace aguas. De esta guisa, esta superproducción se queda algo cortita.

Pero también por otros factores como las interpretaciones a las que luego me referiré. No obsta para que diga que me parece una excelente cinta, de las que ya no se hacían en ese 1984 y menos ahora. Lo que ocurre es que Lean, más que entrar al asunto antropológico y de la idiosincrasia india, se mete en un drama judicial, restando parte del espíritu de lo que sin duda pretendía y que sólo a medias consigue. Sin embargo el film es impar, misterioso, y refleja muy bien cómo la protagonista no habría tenido conflicto si su sensibilidad e inteligencia, hubieran hecho posible ese deseo de abrirse al mundo de otra civilización, y si hubiera estado en disposición a renunciar a las rémoras burguesas que la rodeaban y hubiese sido capaz de aceptar su sexualidad en lugar de sofocarla. Este asunto es crucial en el film y ahí sí hay que felicitar a Lean y a todo el equipo, incluyendo a la actriz Judy Davis y al actor Victor Banerjee de manera singular.

La música de Maurice Jarre es excelente y obtuvo un merecido Oscar, si bien se echa en falta que no suene más tiempo a lo largo del film. La fotografía de Ernest Day es correcta, pero no saca plenamente el partido a la luz de la India y sus colores; y ambas, música y fotografía, así como vestuario y puesta en escena acompañan muy bien técnicamente al film.

En cuanto a los actores, Alec Guiness, actor favorito de David Lean, no sabe hacer creíble o no puede llevar a buen puerto el papel de brahman hindú. James Fox está correcto en su papel más de teatro que de cine, un papel muy bueno pero sobrio; pero no le habrían de faltar ofertas en el futuro inmediato. Nigel Havers encarna muy bien al típico británico ritualista y flemático. El papel del indio Victor Banerjee es muy bueno y convincente, si bien algo histriónico, pero curiosamente su futuro no fue muy halagüeño como actor, pues no tuvo el éxito esperado. Las actrices sin embargo salen mucho mejor paradas; así, la joven por aquel entonces, la australiana Judy Davis, hace una gran interpretación y fue nominada al Oscar, y además, a partir de esta película fue muy demandada por directores como Woody Allen, con quien fue habitual, y Eastwood o los hermanos Cohen entre otros. La veterana actriz Peggy Ashcroft, recibió el Oscar a la mejor actriz de reparto por su papel.
Esta película está realizada dentro de los cánones clásicos, es una película clásica y no deja de estar un poco demodé en este sentido ya para aquel 1984 en que se estrenó. Pero ante todo, y aunque parcialmente, las imágenes de David Lean muestran a las claras el contraste de culturas, el choque de civilizaciones y todo cuanto esto puede acarrear.

Pasaje a la India es un caleidoscopio de las pasiones humanas, las contradicciones y la lucha vital entre el deseo y el miedo, enriquecida por el contexto colonial que propicia que la historia personal desate el choque cultural, que gira en torno al personaje de Judy Davis, pero que también se sustenta con la brillante compañía de James Fox y Nigel Havers, con más trasfondo del que en principio se percibe en superficie.
Kikivall
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